Paisaje de arcilla
de Alejandro Aguilar

Libertad a la vista (Freedom Around the Corner)

En español

Abandonan las auras ruego del último examen. Es el cierre del cuarto aria en la escuera. Para muchos, comienza realmente la carrera, al ingresar en un instituto militar de altos estudios, de donde saldrán en cinco años coma oficiales. Entonces tendrán poder de mando y subordinados que obedecerán sus órdenes. Para otros hoy es el comienzo del fin ¡la libertad! El fracaso del sueño paterno a pesar de las presiones y el logro de la ansiada condición de civil. Ser un muchacho normal que se viste como quiere, que ve a su novia y comparte con los amigos cada día. Que puede andar las calles de la ciudad, ver autos de diferentes colores y modelos, ropas distintas y gente de todo tipo. Terminan las marchas, las órdenes de mando taladrando el oro, el cerebro, la paciencia; las guardias nocturnas con un falso fusil de calamina para envalentonarse frente a los perros salvajes y las vacas que de vez en cuando visitan el dormitorio. Ya no más reportes, ni deméritos, ni pases suspendidos, ni la novia suplantada con dolor por la masturbación auxiliadora. El fin de los simulacros militares con balas de salva y las pesadas bases de morteros a las espaldas de sus catorce arias; de los bosques incendiados que hay que apagar porque sí y sin que los demás sepan que tienes tanto miedo a las llamas como los demás; de las movilizaciones a campo y el trabajo rudo porque para eso están los hombres curtidos. Y los militares.

In English (trans. by Andrew Hurley)

They run out of the classrooms after the last exam. It is the end of their fourth year at the school. For many, the school is just the beginning, for they will be entering a military institute of higher education that they'll leave in five years with officer's bars. Then they will have the authority to give orders that their subordinates will obey. For others, today is the beginning of the end. Freedom! The failure of the parental dream despite the pressures, yet the achievement of their own dream—to be a civilian again. To be a normal boy that dresses the way he wants to, sees his girlfriend, runs around with his friends every day. A boy who can walk down the streets of the town, see cars of all different models and colors, clothes that aren't all alike, people of all kinds. The marches, the commands that blast your eardrums, your brain, your patience, over and done with! Likewise standing guard at night with a wooden rifle to give you the courage to go up against the stray dogs and cows that sometimes wander over to the barracks. No more demerits, reports, passes denied, no more the girlfriend replaced with furtive masturbation. No more military simulations with blanks, the heavy mortar bases slung over your fourteen-year-old back. No more fires in the woods that you have to put out just because somebody says so and never letting the other guys see that you're as scared of the flames as everybody else. No more field maneuvers and hard, rough work because that's what seasoned veterans are for. And no more officers.